lunes, 11 de mayo de 2015
# 131 CIELO DE OCTUBRE, NO IMPORTA
Me gusta el cielo cuando el color es una mezcla de anaranjados con azul turquesa, me recuerda a Octubre del año pasado cuando hice un video dedicado a mi entonces amor platónico de España. La mujer de 1.80 cm me volvía loca. Quienes me conocen saben que a las mujeres altas no les puedo decir no. Fue martes, los rayos del sol traspasaban mi humilde ropa, el viento del norte comenzaba a mover las pocas palmeras de la cuadra. Grabé en primer plano mis pies, seguido de la calle mientras explicaba cada uno de mis pasos. Cuando levanté la mirada pude contemplar el majestuoso cielo que parecía pintado a mano. Así, como el de hoy.
La explicación del video para la mujer española no le importa a nadie, como a nadie le importa que esta tarde con el mismo cielo de Octubre escribí un poema para ti debajo del árbol donde posan las ardillas de un conocido parque lleno de gatos.
El poema, escrito, las líneas, la cosa, como me resulta mejor llamarlo, es la unión de palabras enredadas que leídas en voz alta y a ritmo rápido suenan bonito. Como la canción improvisada que también canté para ti la noche que más te extrañé, como las más de 66 entradas de este miserable blog que también han sido escritas pensando en ti.
Mi pecho y emociones están al borde del colapso pues si algo de lo que he de pecar es de mi poca y casi nula capacidad para conservar la calma.
Te me escapas de los labios, te manifiestas a través de mis manos y permaneces ejerciendo presión como si estuvieras tan cansada y el único lugar para el descanso lo encontraras justo entre mis piernas.
Si tuviera la capacidad literaria para escribirte poemas como los poetas grandes, si pudiera cantar canciones improvisadas más seguido y no repitiera incesantemente tu nombre en cada estrofa, si publicara más entradas especiales en mi blog dedicadas sólo para ti, si gritara incluso afuera de tu casa lo mucho que necesito tu presencia, si hoy me convirtiera en microbito como la canción famosa de los noventa y me introdujera en tu cuerpo para "beber de tu sangre y en tu carne descansar", si hiciera esto y mucho más para que tú me quisieras al menos un poco, sé que no lograría nada.
Podría arrancarme los ojos y tejerlos sobre mi corazón como obsequio para tu cumpleaños pero nada de esto importa, pueden venir más cielos como el de Octubre y tú seguirías allí perfecta, estática.
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