Necesito caminar sin rumbo establecido
He sentido la ansiedad y mis uñas ya no alcanzan. Se repite la presión en mi pecho, comencé mal. Me detengo a pensar que tanta queja no viene de alguien ajeno. Soy yo. Me culpo y acepto el castigo sin freno.
Si la vida me ha golpeado ¿por que tú no?
Qué importa otro puñado de azotes
Estoy hasta la madre de fingir que no me importa, por eso tanto madrazo, tanta piedra, espero la caída.
Te doy el derecho de pasar y arruinar lo perfectamente ordenado. Destrúyelo. Cágate encima si quieres. Tengo la necesidad de consumirme.
Tal vez mi estado de felicidad lo consigo al sentirme jodida por dentro. Cuando todo marcha bien me invade la angustia, el miedo.
Las quejas que he dejado aquí son aviso de mi estabilidad quebrantada. No puedo. Estoy desesperada.
Sonreír y pedir ayuda
Recibir ayuda y sonreír
Llegar a casa sumida en llanto
Secar las lágrimas invisibles al tacto
Quisiera estar satisfecha de lo que dices pero tu mano no aprieta lo suficiente.
Me has mostrado tu posada y yo, vagabunda, me es imposible permanecer en una sola casa.
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