domingo, 25 de enero de 2015

# 25 SENSIBLE

       Nayelhi Ramona


No miento cuando digo que preferiría morir que sentir esto. Siempre he sido marica, la más sensible del barrio y de la clase. 

Recuerdo que solía proteger a todos, a la niña que le escupían la mochila, al que le quitaban el desayuno, a la que empujaban en educación física. 

Yo era la gorda

Hay un momento en el que despiertas y decides ser la que escupe, la que empuja, la que hiere. 

Sí, me respetaban

En silencio seguían burlándose de mí, lograba escuchar sus murmullos, allí aprendí a leer los labios. 

Lloraba al llegar a casa

Desde los nueve años aprendí a estar sola, toda mi familia trabajaba así que me entrené para sobrevivir. 

Mi temor a la tormenta eléctrica viene desde la infancia. La casa donde vivía era muy pequeña y con techo de lámina. Solía esconderme bajo la mesa no sin antes cubrir todo lo que era de metal y los espejos. Evitaba tocarme el cabello. 

La mesa era mi protección. Tapaba mis oídos y lloraba hasta que desaparecía la tormenta. Dormía. 

Es domingo y me encuentro sensible. Nunca antes había recibido esta clase de dolor en mi cuerpo. Me preocupa saber qué ocurre. Estoy ansiosa. 

Por otra parte mis sentimientos se remueven y confunden con el malestar de mi estómago. Hoy más que nunca deseo esconderme bajo la mesa y taparme con una manta, tapar mis oídos y dormir hasta que pase la tormenta.

Mis piernas y brazos son de atole, estoy expuesta. Necesito.

Ya no tengo nueve años y aún lloro por las noches. 

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