Sonámbulo, dormido y despierto a la vez, en silencio recorro la ciudad sumergida.
¡Y dudo! Y no me atrevo a preguntarme si es el despertar de un sueño o es un sueño mi vida.
Hoy comí una enorme quesadilla de champiñón con agua de horchata. Llovía.
Salí varias veces al balcón para respirar de la gente que transita a medio día.
Mi cabeza se saturó toda la tarde con imágenes palpables de estos días.
Aquí estoy, ¿no me sientes?
Abre los ojos; ciérralos, si quieres.
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