Sabía que llovería aunque el sol se asomara a diario. Me mantuve. Respiré y aguanté el aire. Me mantuve. Exhalé y volví a inhalar tu aire. Me mantuve.
Quería quedarme a ver lo que pasaba.
La sombra de tus ramas me cubrían, me protegían de todo menos de ti misma. Ignoro el tiempo que estuve parada frente a este árbol.
La soledad ya la conocía anteriormente pero está nueva soledad es inevitable.
Las piedras también brillan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario