Tenía rato que no lloraba tanto |
Mi hermana me envió un video que pude descargar hoy por la mañana, lo vi a medio día.
En la escena estaba mi sobrino que en aquél tiempo tenía como dos años de edad, su madre estaba en la cama, mi madre en un sofá, otra hermana grababa y yo, gritando desde mi cuarto. Verlo pequeño, sus primeras palabras, indefenso, los gestos que no cambian en él aún después de casi diez años. Mi madre, su voz joven, mi hermana lucía delgada.
Lloré.
Lo hice al recordarlo. No salí en el video porque seguro hacía algo "más importante" que estar en convivencia con mi familia, pues, algo que pocos saben es que en aquél tiempo no era frecuente verlos unidos en un sólo día.
Lloré porque hemos cambiado. La voz de mi madre suena más vieja, mi hermana ha ganado varios kilos, mi otra hermana (la que grababa) ya tiene un bebé de tres años, mi sobrino cumplirá este viernes una década y yo voy para señora.
Lloré porque el tiempo no perdona a nadie, porque me enoja lo estúpida que era en esa época, lloré porque no salgo en el video.
¿Cuántas cosas no hice por prestar más atención a situaciones y gente que no lo valían?
Me asusta que siga cometiendo lo mismo.
Mi familia es lo más importante ahora, siempre.
Toda la tarde he escuchado la misma canción, la primera que le enseñé a mi sobrino, con la que bailamos y brincamos a diario aunque mi cara fuera de hartazgo. Tengo vivo el recuerdo en mi mente.
"Los bomberos van deprisa, los bomberos van deprisa lin lin lin lin lin"
No hay comentarios:
Publicar un comentario