Perverso es aquello que lastimándonos no nos permite apartar la mirada. Remueve las tinieblas acalladas en nuestro interior y nos despierta apetitos urgentes e innombrados: sombras al acecho con una sed irrevocable de encarnar.
Aunque, a decir verdad, no siempre las violetas fueron perversas.
Ana Clavel
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