domingo, 12 de julio de 2015
# 186 SIN PUNTO NI COMA
Consciente de mí enraizada a esta cama, al tapete, el cemento o pasto seco, consciente de todo hasta de ti.
Los seres nocturnos ríen discretos pero logro escucharlos. Me han dañado.
Mi padre me había hablado sobre ellos. Se burlan a mis espaldas, desnudos, detrás del maguey o bajo la cama. Su risa perfora cualquier muro y sus ojos malévolos te observan cuando cierras los tuyos.
He reído
He llorado
No importa las horas que duerma pues despierto y no te has ido, azotas mi espíritu y gozas. Disfrutas al verme tragar mis palabras.
No soy como las demás, soy mujer que escudriña cada rincón y sufre las consecuencias de abrir la ventana para dejarse bañar por tu luz en plena oscuridad.
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